Sunday, March 9, 2014

La infracción

Tres de la tarde en punto en un día bastante caluroso; el sol quemaba con intensidad en un cielo parcialmente nublado. Llevaba yo unos tenis sencillos, camisa negra de lycra, y pantalones cortos grises con franjas blancas. En mi mochila incluí una botella de agua fría y unos guantes de tela para proteger mis manos.
Estaba un poco retrasado, por eso la prisa de llegar lo más rápido posible a mi destino y aprovechar al máximo lo que restaba del día. Mi hermano, como de costumbre, se alistaba para acompañarme y yo de mala gana le insistía en que se apresurara porque ya iba tarde y no pensaba esperarlo un minuto más. Ya furioso, saqué mi motocicleta y la hice sonar fuertemente al encenderla; una señal para mi caprichoso hermano que seguía demorándome. Me asomé a la puerta de la casa y pude verlo discutiendo con mi madre por retrasarme siempre que me acompañaba ¡Claro! Como yo soy el del transporte.
Por fin salió él con casco en mano y en un salto medido aterrizó suavemente en el asiento del pato; me dijo: “listo papá, arranque y deje el mal genio”. Apreté el “clutch” y metí primera para luego acelerar liberando suavemente el primero mencionado. Era una cuesta poco pronunciada, aun así nos impulsó hasta llegar a los 60 km/h en un parpadeo. Yo miraba fijamente la carretera mientras él se divertía con su BlackBerry, seguramente “chateando” con alguna de sus enamoradas. Durante el viaje, yo recordé lo opuestos que éramos y somos él y yo; fresco, despreocupado, alegre, hablador, burlón y siempre con un buen sentido del humor cuando estaba rodeado de amigos, así es mi hermano. En cambio, yo, el tipo serio, tímido, poco conversador, responsable cuando la situación lo amerita y disciplinado. Tal vez esa era la razón por la cual él disfrutaba de una vida social más activa.

A unas pocas cuadras de llegar a mi rumbo, vi a unos policías que me miraban fijamente desde su motocicleta, me hicieron una señal con la mano, pero en mi distracción pensé que no era para mí. Con el rabillo del ojo pude verlos dar vuelta hacia mi dirección, y enseguida los vi a mi lado, me cerraron el camino obligándome a parar, uno de ellos se bajó rápidamente y mientras me reclamaba por qué ignoré la señal que me hicieron, quitó las llaves de mi motocicleta en un movimiento ligero de manos. Yo, bastante confundido, les pregunté cuál era la razón de que me pararan de esa manera si no iba en exceso de velocidad y llevaba todo en orden. El oficial señaló con los dedos detrás de mí y vi a mi hermano, quien ya había descendido de la moto y estaba unos pasos atrás con el casco rodeado por su brazo; el tipo uniformado me dijo: “El tripulante no llevaba el casco puesto mientras usted conducía, por eso tendré que multar el vehículo”. Miré de soslayo a mi hermano mientras sentía que la ira me invadía. Él tranquilamente dijo que se lo había quitado porque estábamos muy cerca a nuestro destino, mientras, el oficial diligenciaba el formato de comparendo. Me llamó para que firmara y quedara concluida la multa, lo hice de mala gana; subí a mi vehículo y arranqué dejando atrás a los oficiales y a mi hermano, que me hacía señas para que lo esperara ¡Qué excelentes vacaciones! ¡Mi primera infracción y sin haberla causado yo!

3 comments:

  1. Veo nuevamente una historia bien narrada, pero no tan elaborada como otras. Percibo un tono irónico que le da cierta frescura al texto lo hace más interesante, me llama la atención ver cómo se va mezclando la historia de los personajes y de qué manera se configura su personalidad siendo determinante en el resultado de la crónica. Cuidado con el manejo de los tiempos.

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  2. Siento que el texto pierde su fuerza debido a la extensión, puesto que en los sucesos desarrollados se evidencia un buen manejo de la narración pero no logra culminar de forma apropiada y certera, nuevamente hace un uso interesante de la descripción y de las sensaciones que viven los personajes. Aconsejo tener cuidado con la forma en la que se le otorga el tiempo a la trama, ya que ello puede hacer que se sienta lineal.

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  3. Evidencia algunos desaciertos en el manejo del tiempo, pero su lenguaje es apropiado, la caracterización de los personajes a lo largo del texto está muy bien lograda, tener en cuenta los momentos de tensión, para no caer en la linealidad.

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